Hay que subir al Montgó.

Tengo la suerte de contar con un padrino al que admiro mucho y del que aprendo una barbaridad. Él es un hombre discreto, con una curiosa forma de demostrar a los demás el cariño, sin dejar por eso de ser cercano o tornarse borde. Está en el momento oportuno, pendiente de todo, de todos. Respeta al prójimo y a su circunstancia, sin cuestionarla siquiera. Es una forma bonita de vivir. Además, mi tío Juan cuenta con un alma libre, y como nos solemos decir, un espíritu canalla, que busca e intenta exprimir la vida con intensidad. Ha viajado por medio mundo y en numerosas ocasiones le pido que me hable de lugares en los que no he estado y que siento de alguna manera mas cerca con sus palabras. Siempre recuerdo su presencia, sobretodo en navidades, y los planes que montaba para todos los sobrinos. Quizá esto lo he valorado más con el tiempo, cuando tuve cierta edad y pude conversar de forma más profunda con él.

Un tarde de camino a la ya instaurada tarde de cine el día 24 de diciembre, hablamos de lugares y de visitas. Me dijo que él trataba de dejar una parte de si mismo en las ciudades, o para volver a por ella o porque ese ritual suponía llevarse consigo una parte de aquel lugar. Yo le escuchaba atenta, y me habló de Florencia en una terraza viendo pasar a la gente, de un hombre en una pirámide, y del Montgó.

Y así comienza la historia. Con ese lugar.

Me recordó que cuando le destinaron a trabajar cerca de ahí, tenía la costumbre de vez en cuando de subir a ese pico. Esto lo hacía no solo por su afición por la naturaleza y el deporte, si no porque «Allí desde lo alto, me daba cuenta de que los problemas eran más pequeños, de la necesidad de ver las cosas a veces con perspectiva. Subía allí y al bajar me sentía mejor, más en paz.» Lo pongo literal porque él no lo sabe, pero yo apunté la frase en el móvil hasta hoy.

Esta lección es breve pero intensa, y cuando me siento saturada muchas veces subo a mi imaginario Montgó para encontrar tal visión, respirar y tomarme las cosas con más calma. Los problemas son muchas veces del tamaño que les queramos dar. 

Y hasta aquí.

Escribo esto porque el finde pasado, estando con él y con mi tía empezamos los primos a hacerles preguntas intensas, y en una de ellas «¿Cómo os veis?», tío Juan me dijo en bajito después de responder que la pregunta correcta era como les veíamos nosotros a ellos. Pues bien padrino, así te veo y por ende te quiero yo.

13 comentarios en “Hay que subir al Montgó.

  1. Querida Flavia. Tus escritos como siempre me hacen sentir más cerca de tu familia a la que admiro y quiero. Que orgullo para tus tíos que sientas así por ellos. Eres tan sensible que todo te deja huella y todo te enriquece. Me alegro infinito por ellos y por ti.

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  2. Queridísima Flaviuca, una vez más, demuestras que eres una artista en el manejo de las palabras. Son hermosas y sinceras, amén de que realmente verídicas. Juan es mucho Juan. Persona a la que es facil querer.

    Te voy a decir una cosa, estoy muy agradecida a Dios que lo haya llevado hasta mi amigahermana. Es un honor lenerlo como cuñado

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  3. Flavita, eres un crack y comparto plenamente tu amor por Juan, tú cómo sobri yo como amiga y efectivamente como dice Ana yo tb doy muchas veces las gracias porq mi Tati este con un hombre tan genial como el. Juan te has ganado un puestazo en nuestro corazón y ahí tienes la muestra de como tú ahijada es capaz de plasmar magníficamente como has influido en sus pensamientos y cómo le gusta estar contigo. Felicidades Flavita por estos momentos para mi estupendos pues siempre me tocas el corazón y aprovecho a felicitar a mi amigo Juan por ser como es, simplemente así.

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  4. Querida Flavia
    Emocionante leerte otra vez!!!!!!
    Muchos nos conformamos con flotar por la superficie del agua…, otros como TÚ, saben que si te sumerges en el agua, se descubre todo un universo inmenso e inabarcable y ahí estas tú siempre, observando, sintiendo y expresándonos lo que no somos capaces de ver los demás..
    Enhorabuena!!!

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  5. Perdona se ha cortado el texto….
    Juan es maravilloso y como ya nombran un poquito más arriba, felices estamos las amigas que se encontrase con nuestra querida Tatiana.
    No podría ser de otra forma verdad?
    Un beso enorme

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  6. Hola Flavia,soy Felix De Ibiza,decirte que me han emocionado tus palabras referentes en este caso a tu tio Juan,que decir de el,es un ser extraordinario que siempre sabe encontrar en el momento adecuado unas bellas palabras de apoyo,que se agradecen,o como bien dices tu ese punto canalla que tiene y dice el de la vida,sois unos afortunados de tener y disfrutar de vuestros maravillosos tios,en este caso Juan y su esposa Tatiana,como digo yo por nuestros cuerpos divinos y glamourosos,espero Flavia verte pronto por Ibiza para tomar un te en tu compañia,sigue escribiendo y soñando,no pierdas nunca la ilusion por la vida,es maravillosa y hay que disfrutarla de muchos modos,un beso muy grande desde Ibiza,tu otra casa.Felix Queriendo-te.

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  7. Me encanta tu blog, Romeo y Flaviuca.
    La verdad que alegra el espíritu.
    Excelentes frases motivadoras.
    El Sr. Juan y la sra. Tatiana, es una pareja maravillosa.

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  8. Querida Flavia muchas gracias por presentarnos a tu padrino Juan, Yo apenas le conozco, pero con cuatro pinceladas Tatiana me transmite que es un ser excepcional.

    Disfrútalo mucho y seguro que él debe estar muy orgulloso de tener una ahijada tan especial.

    Como siempre, un placer leer tus escritos. Un abrazo. Rosiña (amiga de Tatiana)

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  9. Hola Flavia me encantan tus relatos y nunca me he animado a escribirte pero en esta ocasión te felicito no sólo por el relato sino también por tener un tío Juan y una tía Tatiana fuera de serie. Estuve viviendo un año en Barcelona y me acogieron como a un sobrino más, pase un año maravilloso y las quedadas de los domingos eran espectaculares por su sabiduría y consejos. Guardo un gran recuerdo y cariño y ahora cada vez que vaya en verano por Jávea y me bañe en El Arenal miraré hacia el Mongó y tendré otro recuerdo más de ellos

    Felicidades !!

    Un beso muy fuerte

    Guillermo

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  10. Querida Flavia,
    Qué suerte tienen tus padrinos de tenerte como ahijada! Te aseguro que esa admiración que sientes por ellos, por Juan, es en parte por lo que ellos te han transmitido, pero, sobretodo, por tu capacidad para devolver, de lo que se deben sentir superorgullosos.
    Sigue subiendo a tu Montgó para que con los años tengas mucha práctica y veas siempre los problemas más pequeños.
    Enhorabuena!

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  11. Bella Flavia atrapa siempre cada una de sus palabras, su mirada, siempre tan atento, comprensivo y creo que muy sabio…el Montgó y su calma es ahora la tuya.

    Beso enorme

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